lunes, 2 de mayo de 2011

Josep Pernau: Esta es mi madre y este, mi padre.



Nunca pudo imaginar Josep Pernau que a sus 58 años la vida le golpearía de esa manera. Ya lo había hecho mucho antes. Con apenas siete primaveras cumplidas, la Guerra Civil le arrebató a su padre. Fue el 2 de noviembre de 1937, un día trágico para toda España, más aterrador aun para un corazón infantil. Nueve aviones italianos acataron órdenes del Frente Nacional y bombardearon Lérida. Las calles quedaron teñidas con la sangre de 178 adultos y de los 48 niños que ocupaban las aulas del Liceo Escolar. Su padre estaba entre las víctimas.


Sabido es que la vida da muchas vueltas, pero quizá también lo haga la muerte. En 1988, el azar quiso que Josep Pernau, maestro de periodistas y escritor, acudiera a los estudios de los hermanos Sergi y Octavi Centelles, hijos de Agustí, el gran fotógrafo de la contienda fraticida que acabaría internado en campos de concentración. Pernau, que ahora tiene 80 años, buscaba imágenes para ilustrar un documental de TVE sobre 'Los niños de la Guerra'. Entre cientos de antiguas copias, su mirada quedó clavada en una que le robó la voz. «Se quedó un rato mirando la imagen y se puso lívido, blanco. No podía hablar, hasta que logró decir: 'Esta es mi madre y este, mi padre'». Sergi lo recuerda como si acabara de suceder, con la tristeza y pesadumbre que conlleva ser testigo de tamaña conmoción. Durísimo golpe. Otra vez la presencia de la muerte. Otra vez el alma resquebrajada. Porque lo que Agustí Centelles había captado era el momento en que la madre de Pernau encontraba el cadáver de su padre, en el cementerio de Lérida, adonde habían llevado a los muertos para que los familiares los identificaran. Aterradora instantánea: la esposa se arrodilla ante el marido muerto y llora desconsolada preguntándose tal vez un porqué en esa mano extendida, vacía de respuestas. Gabriel Pernau trabajaba en una farmacia y el edificio fue alcanzado por las bombas. Su ideología no era, precisamente, republicana. La metralla no hace distingos.


El autor nombró a la imagen 'Mater dolorosa' y fue publicada por varios periódicos catalanes de los que era corresponsal y por numerosos diarios internacionales, entre ellos 'The New York Times', que la divulgó el 28 de noviembre de 1937, solo 25 días después de haberse tomado. Llegó a Nueva York vía Barcelona-París a través del sistema de telefoto, recién implantado en España.


Testigos de Jehová


Ahí no acaba la historia. 74 años después la fotografía vuelve a perseguir a la familia Pernau. Como si el sosiego se resistiera a entrar en sus vidas, la imagen es difundida una y otra vez a raíz de la demanda interpuesta por los hermanos Centelles contra los Testigos de Jehová, a quienes reclaman derechos de autor. La organización religiosa publicó la foto en la revista 'Atalaya' en 1994, con una tirada de 16 millones de ejemplares en 115 idiomas. En el 2009, los Centelles se enteraron por casualidad de esa divulgación masiva, después de que una persona anónima lo denunciara en un foro de exmiembros de la congregación.


Cuando consiguieron ver un ejemplar de la revista comprobaron que la imagen no estaba firmada y que, además, había sido manipulada, modificado su fondo y recortada. La reclamación, presentada meses antes de que el Ministerio de Cultura comprara el archivo de Agustí Centelles -llamado el Robert Capa español- para depositarlo en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, está fundamentada en «uso fraudulento» de la imagen. Sergi Centelles, el hijo mayor, está harto de que no respeten el nombre de su padre. Asegura que José Luis Dorado, el delegado de Testigos de Jehová que obtuvo la reproducción del Instituto Municipal de Historia de Barcelona, «sabía que era de mi padre, porque le conocía». Los Centelles intentaron llegar a un acuerdo y pidieron a la organización que publicara la foto íntegra con la firma, pero no accedió. Ahora exigen 90.000 euros, valoración hecha por la sociedad que gestiona los derechos de autor de los creadores visuales (Vegap). El 12 de mayo se celebra el juicio.


«A Centelles le mete mano todo el que puede. Mi padre se jugó la vida y es justo que se respeten los derechos. No tengo nada contra la religión, pero esa imagen la publicó una confesión religiosa y no nos pueden hacer comulgar con ella», sentencia Sergi. Él y Octavi tienen más demandas .../...


La familia Pernau ha hecho pública su indignación por «el afán de lucro» de los hermanos Centelles y porque «sigan negociando sin ningún tipo de escrúpulo».


La fotografía, convertida en símbolo del terror que vivieron Lérida y España, nunca fue vista por la protagonista. Josep Pernau no quiso enseñársela. Nunca superó la muerte de su marido.

Comunicado de Sergi Centelles y Octavi Centelles a la queja del entorno de la familia Pernau. 
Sergi Centelles y Octavi Centelles NUNCA HAN PUBLICADO ESTA IMAGEN, LA EDICIÓN FUE REALIZADA POR LOS EDITORES DE LA REVISTA "LA ATALAYA" DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ, ellos son los responsables de la MÁXIMA DIFUSIÓN, OMISIÓN DEL AUTOR, MANIPULACIÓN DE LA IMAGEN, DESCONTEXTUALIZACIÓN DE LA FOTOGRAFÍA, UN PRESUNTO DELITO CONTRA LA PROPIEDAD INTELECTUAL. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario